Recibí un comentario a través de Twitter relativo al artículo sobre el número de diapositivas. Y lo menciono porque a @ecantavella la tengo como un referente en el tema de las reuniones y su blog es muy bueno, por lo que recibir un comentario así de alguien como ella subió mi moral bloguera unos cuantos días. Decía algo así como:
@alalmoguera Interesante el giro a plantear al jefe, Alberto
— Eva Cantavella Cusó (@ecantavella) junio 14, 2015
El tweet se refería a que muchas veces tenemos que enseñar que frases como esas de «esto en 10 diapositivas» pueden no tener sentido y que nos toca a los «curritos» demostrárselo a los jefes.
Pensando me he dado cuenta de que son varios los casos donde tenemos la oportunidad, en el día a día, de ir «enseñando» a nuestros jefes, de ir «formándoles». Y por favor, siempre en sentido positivo, que parece que estoy diciendo que los jefes no saben y no es eso, es que no tienen por que estar a detalles como los que yo cuento a continuación. En fin… que vamos con unos cuantos ejemplos…
Horarios de Entrada y Reuniones
Recuerdo una «victoria» personal «contra» un jefe sobre el horario al que ponía las reuniones. Normalmente a las 9,00 horas; es decir, a primera hora de la mañana. «Nada más entrar», en román paladino. El problema era que en aquella época varios dejábamos a los críos en la guardería y esa era hora punta de entrada en el trabajo, por lo que normalmente empezaban 9,15 o más.
En vez de darse cuenta del origen del problema se puso duro con la hora de inicio y de hecho en vez de reunirnos en su despacho pasamos a hacerlo en una sala. En la primera o segunda ocasión, por cumplir con el horario casi me estrello en el camino con el coche y para más «inri» el jefe llegó tarde por un problema personal. Y yo no me mordí la lengua, claro. Volví a explicar la situación y el grito, bramido, bufido que me cayó fue bastante peculiar…
… Sí, pero desde la semana siguiente las reuniones se convocaron no antes de las 10,00 de la mañana.
Horarios de Entrada, Reuniones y el tiempo de las personas
El comportamiento que nunca llegué a reprender, no por falta de ganas sino porque esto de formar a los jefes esta bien, pero hay que saber hasta que rango puedes andar tocando ciertas teclas, fue el de otro jefe que convocaba reuniones de seguimiento semanal antes del inicio de la Jornada Laboral. A las 8,30 de la mañana cuando la entrada estaba fijado a las 9,00.
Aquí hay que tener en cuenta las circunstancias del equipo. Nuevamente muchas personas con nenes pequeños, cuyas parejas trabajaban también sin la ayuda de una legión de Internas trabajando en casa y para los que esos 30 minutos suponían un auténtico incordio.
Sí me atreví a señalar que para mí, personalmente, las reuniones fuera del horario «normal» de trabajo deben denotar algún tipo de Urgencia. Algo que no conseguí llevar a buen puerto.
No me atreví nunca a señalar que perder además 40 o 50 minutos hablando de los goles de Cristiano en la Champions el día anterior no era el tema de la reunión. Modificar la vida diaria de las personas para comentar temas futbolísticos y no ceñirse a los puntos del orden del día no es de recibo.
El tiempo de las personas es muy valioso, independientemente del rango laboral de cada uno, y no respetarlo no es beneficioso para la actitud del equipo.
Uso de las herramientas (I) – El whatsapp y el teléfono.
El avance tecnológico nos ha permitido a los curritos estar permanentemente en contacto con nuestros jefes. O eso o nos ha esclavizado, según se vea. Pero ya que es así… Si me vas a preguntar algo y necesitas una respuesta inmediata… ¿por qué no me llamas por teléfono? Si, ya se que el whatsapp es muy discreto en los Comités de Dirección (o el e-mail cuando este no existía) pero… ¿por que crees que estoy todo el día pendiente de ellos? ¿Crees que los debo chequear cada 5 minutos?
Tuve un jefe que usaba un acrónimo «TFL» cuando dábamos respuesta tarde a sus preguntas. «Too Fucking Late». Hasta que un día me tocó tanto las narices que acabé explicando que en la Comunicación es necesario un emisor y un receptor y que si no podía confirmar que el receptor ya tenía el mensaje… ¿por qué esperaba una respuesta?
Así que… si necesitas una respuesta rápida y es casi obligatoria… cerciórate de que quien sea ya ha recibido el mensaje y está trabajando en ella.
Uso de las herramientas (II) – El correo electrónico.
Acabando, que también es gerundio, quería pasar por otra de las herramientas más peligrosas (y sí, por supuesto, de las más productivas) que ha inventado el ser humano en los últimos tiempos. El e-mail.
Pena que con el correo electrónico se inventaran los campos de «Copia» y «Copia Oculta» y permitiera enviar lo mismo a millones de personas. Pena que no nos dieran una clase para aprender a diferenciar entre un e-mail y una convocatoria de reunión. Y que pena que pensemos que un e-mail es una conversación tan formal que seamos capaces de tomar 90 minutos para escribir un mail de no más de cinco líneas.
¿Y vosotros? ¿Que habéis sufrido de vuestros jefes? ¿Habéis tenido que «enseñarles» algo así? ¿Y si quitamos «jefe» y ponemos colaborador, par, compañero, empleado, becario etc etc? Seguro que tenemos un millón de historias como estas.