Cambio un poco de tema, sin salirme de todo aquello que tiene que ver con el Trabajo de nuestro Siglo XXI. Y es que aunque llevo mucho leyendo sobre temas de Marca Personal en blogs (Gracias Andrés Perez Ortega por tu Blog @marcapersonal) y libros (como el recientemente comprado, leído, fotografiado, subrayado y ya prestado «Marca Eres Tu» de @evacolladoduran), poco más que mi trabajo diario, que no es poco, he dejado como huella en las personas. Pero hoy me he topado de bruces con esto de la marca personal en mi curro y con la huella que dejamos en las personas que nos rodean.

Digamos que en una sesión de feedback me han dicho cosas bonitas y cosas no tan bonitas. Que no porque sean feas debemos cerrarnos ante ellas. Más bien al contrario. Como ex empleado de calidad, tengo la insana costumbre de buscar más las áreas de mejora en mis evaluaciones más que aquellos puntos que hacemos bien. Y no niego el halago, que me gusta tanto recibirlo como darlo, pero hemos de aprender de nuestros puntos débiles para que dejen de serlo o lo sean algo menos.

El caso es que de las cosas no tan bonitas que me han dicho, hay una que me ha sorprendido. Y me han comentado, lo cual es muy cierto, que la imagen que queremos proyectar y la que los demás ven no tienen porqué ser similares. Buscamos que los demás nos vean como expertos pero podemos dar la imagen de «sabelotodos». Buscamos dar imagen de «conciliadores» de nuestra vida familiar y personal pero puede que el resto nos vea como «los que se van en el turno de las seis de la tarde». Sea como fuere, el caso es que parece que proyecto algo que no es lo que yo quisiera, vamos que no es el recuerdo que quiero dejar

Pero en la misma reunión me han dado un medicamento para empezar a tratar los síntomas de esta enfermedad. Siguiendo el consejo, hoy mismo inicio un ejercicio entre mis jefes, compañeros y colaboradores más cercanos. Voy a intentar ver a través de un cuestionario, por supuesto anónimo, cual es la imagen que proyecto hacia ellos. ¿Realmente soy el tipo enrollado, profesional, experto, colaborador, ese compañero ideal, empleado ideal y jefe ideal que todos deseamos ser? ¿O mi imagen es la de un tío que pasa sin pena ni gloria? ¿O la de un sátrapa, tirano y vengativo hijo de … (rellénese según el gusto)?

Como uno no es experto en estos temas he tomado prestado un cuestionario que en el Banco donde trabajo es un «pre-work» (como nos gusta usar palabrejas en inglés con lo sencillo que es decir «trabajo previo» o «cuestionario previo») de los cursos de marca personal que se están empezando a impartir. Defíneme en tres palabras, dí tres aspectos buenos y tres aspectos malos. No es nada más complicado. Lo he transformado en un formulario de Google y en breve lo estaré lanzando a unas 30 personas. Si por un casual puedes estar interesado en echarle un vistazo, encantado de compartirlo. Si por un casual trabajas o has trabajado conmigo, y no has recibido el correo, encantado de enviarte por mail el link al mismo.

Puede resultar un ejercicio interesante. Tampoco es que esto sea un salto al vacío sin red abajo. Las cosillas buenas que me dijeron esta mañana si son las que uno intenta destacar de sí mismo. Pero es cierto que me va a permitir tener un punto de situación que me permita saber donde estoy, para poder determinar hacia donde quiero ir y tener información que haga más sencilla la elección de los caminos a tomar.

¿Y tu? ¿Te preocupas por tu «marca personal» dentro de tu empresa? ¿Es un concepto nuevo para ti? ¿O consideras que no es necesario dentro de tu posición de trabajador por cuenta ajena? En fin… seguiremos informando.