Ayer miércoles, los alumnos del Máster en Banca y Mercados Financieros de la Universidad de Cantabria hicieron un visita (con compañeros del Máster de México y de Brasil) a Madrid en la que se celebra un encuentro con antiguos alumnos y en el que participé, como vengo haciendo en años anteriores en categoría de eso mismo, ex-alumno; aunque luego siempre prepare algo más, algunos consejos para unos jóvenes que en breve van a entrar en el mercado laboral.

Este año preparé una presentación que versaba sobre la actitud en el trabajo. Tema que no es nuevo en este blog y que ya he tratado en algún que otro artículo del pasado. Dicha presentación es la que podéis ver aquí abajo y os comento brevemente los consejos… cual era «el flow» de la presentación. Espero que os guste y os pueda resultar provechosa.

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El tema, que es un cambio respecto al que llevaba otros años, más centrado en habilidades, surge ante la pregunta de uno de ellos cuando fui a dar una sesión a Santander. «Y yo, que soy abogado… ¿Puedo tener sitio para trabajar en un banco y hacer una carrera importante?» En aquel momento me acordé de la frase de Zig Ziglar: «Es tu actitud y no tu aptitud lo que determina tu altitud». Y desde aquel momento pensé en los consejos que podía darles antes de comenzar su nueva etapa laboral, siempre en torno a la actitud.

Y es que el éxito se compone de un 99% de actitud y un 1% de aptitud, lo que viene a ser una adaptación (no mía, por supuesto) de ese 99% de transpiración y 1% de inspiración.

Porque cuando estás en un trabajo, no se trata únicamente de lo que tú sabes hacer, que puede resultar importante; sino de cómo lo haces. Por eso, muchas veces, cuando tenemos que hacer un trabajo en equipo (y de eso en el Máster toca mucho), preferimos no tener como compañero al que más sabe, sino a aquel que no siendo el mejor, hace que el trabajo sea más divertido. Y creo que esto será exportable al 99% de los trabajos.

Por resumirlo en una frase que utiliza Viktor Kuppers en este vídeo de TEDx Andorra la Vella, la aptitud (conocimientos y habilidades) suma, pero la actitud multiplica.

¿Y qué comportamientos van incluidos en esa actitud que tanto valoramos en nuestro día a día laboral? Seguro que no están todos los que son, pero creo que sí son todos los que están:

1. Haztitud. La mejor actitud de todas. Que se note que tenéis ganas de trabajar. Como señala @yoriento la vida no es lo que piensas, es lo que haces; por eso, hay que esforzarse también cuando no te apetece. Al fin las personas que tienen éxito son las que perseveran, no las más inteligentes.

2. Aprender continuamente. Si algo hay claro en estos tiempos de transformación es que nunca hay que dejar de aprender, y eso no implica hacerse un máster al año, pero si estar al día en muchas cosas. Lee blogs, apúntate a los cursos gratuitos que encuentras en la red,… móntate tu Entorno Personal de Aprendizaje (ya hablaremos de esto otro día)…

3. Haz preguntas: Una cosa que me sorprendió de este grupo cuando fui a Santander fue su capacidad de hacer preguntas, que no lo pierdan. Nosotros nunca preguntábamos nada, ya fuera por vergüenza, por no parecer un pelota… Y eso que perdimos.

3b. Hazte Preguntas: lo que viene a ser… ten un pensamiento crítico con los demás, pero también contigo mismo. ¿Por qué? ¿Para qué? Las preguntas que te hagas son muchas veces el preludio del aprendizaje.

4. Pide ayuda cuando lo necesites. Y presta ayuda cuando te la pidan. Porque hoy en día el trabajo es en equipo y no lo sabemos todos. Y pedir ayuda no es de torpes, sino todo lo contrario. Los que se rodean de gente que sabe más que ellos son los que llegan más lejos.

5. Pide feedback. Porque hay gente que tiene más experiencia que tu, y que sabe más que tu de muchas cosas; porque te ven en tu día a día y porque van a poder ayudarte a mejorar… y por cierto, estate abierto a las críticas que sean constructivas. Todos tenemos margen para seguir aprendiendo.

6. Equivócate… pero aprende de tus errores. Esto ha cambiado con el tiempo. Antes equivocarse estaba muy mal visto, pero ahora empezamos a permitirlo en la empresa española (ya era hora). Pero como escuchaba el otro día en una charla de Google «Equivócate, pero equivócate rápido» y además, si lo has hecho, analiza y aprende de tus errores. Como ex-jugador de ajedrez os diré que de la derrota no se aprende, se aprende del análisis de la derrota.

7. Lucha por hacer lo que te gusta, pero lucha también porque te guste lo que haces. Porque si hay algo que puede diferenciar el modo de hacer las cosas, eso es la pasión. Y quien hace las cosas con pasión (y hasta las hojas de excel se pueden hacer apasionadamente) hace las cosas mejor. Por eso es importante hacer algo que nos guste, lo cual no siempre es sencillo ni siempre es un buen consejo; pero sí tenemos que aprender a sacarle a lo que hacemos lo mejor que tiene. Busca algo que te guste y no tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida.

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