Cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer el día en que recién llegado de provincias entraba a trabajar por primera vez en el Paseo de la Castellana 24 y resulta que de eso han ya pasado 15 años. Si hacemos caso al convenio que habla de 1700 horas laborales al año en jornadas de 8 horas son unas 25.500 horas trabajando, aunque alguna más seguro que ha caído. Y aunque en este tiempo he cambiado mucho, creo que sin embargo hay algo que sigue manteniéndose (con sus altibajos, eso sí), en todo este tiempo. Y es lo que yo quiero llamar el «Espíritu de Becario».
El espíritu de becario está formado por varios elementos que intento seguir aplicando en mi día a día laboral, porque creo que son necesarios para poder tener un correcto desarrollo personal y profesional. Principalmente son tres, aunque llevan mucho contenido cada uno de ellos.
- Trabajo duro.
- Aprendizaje continuo.
- Trabajo en equipo.
Os cuento un poco más de cada uno de ellos.
Trabajo duro.
Siempre decía en las entrevistas de trabajo que yo sólo podía prometer una cosa, capacidad de trabajo. Posiblemente no sea mucho, o quizás sí. Porque no es sólo una cuestión de horas, sino de calidad al hacer las cosas. Me comprometo con mi trabajo y eso implica que vivo las cosas que hago. Es más, cuando esto no sucede es una señal de que las cosas no van bien. Cuando existe ese compromiso, defiendo mis proyectos y mis ideas porque llevan parte de mi esencia. Eso no implica que no esté abierto a los comentarios ni a las mejoras, justo al contrario; busco mejorar mi proyecto cada día y la ayuda externa siempre es bien recibida.
Además, cuando te gusta lo que haces, cuando incluso sientes pasión por una hoja de excel (y en mi caso, por muy friki que suene, la existe), entonces metes todas las horas del mundo en sacar adelante los proyectos. No es lo mismo estar a las 5 de la mañana haciendo una presentación porque se acaba el plazo y maldita la gracia que te hace estar así; que darte cuenta a las 3 de la mañana que te tienes que ir a dormir porque estás ensimismado entre líneas de código o buscando la mejor manera de hacer esa parte de tu proyecto.
Y si para culminarlo, además de tu capacidad de trabajo, y de hacer algo que te gusta, entiendes cual es el propósito de tu trabajo, cual es el impacto de tu trabajo en un objetivo superior, entonces será muy fácil que experimentes estados de «flow«, momentos de extrema productividad y gran creatividad y rápido avance hacia el objetivo. Son momentos de motivación total, donde nadie te tiene que levantar de la cama para ponerte a trabajar. Sabes lo que tienes que hacer y entiendes cual es tu parte dentro de toda la cadena de valor de la empresa. Esos posiblemente son los momentos más felices de tu carrera laboral.
Aprendizaje continuo.
Las ganas de aprender no se tienen que perder nunca. Aprender continuamente es lo que nos permite seguir creciendo. Aprender es una actitud.
Es necesario cada vez que cambias de puesto de trabajo, aprender el negocio. Es básico si quieres entender la finalidad de tu trabajo. Seguro que tus compañeros con más experiencia pueden enseñarte un montón de cosas.
Es obligatorio que aprendas temas técnicos y te recicles de vez en cuando porque ahora los avances son muy rápidos. Yo que llegué pensando que controlaba el excel porque sabía usar tres menús y dos botones… Llevo quince años usándolo a diario y creo que es más rápido el ritmo al que sacan cosas que al que yo aprendo. Que si tablas dinámicas, funciones, macros, cuadros de mando, bases de datos, integración con access, uso de otras bases de datos, el complemento del powerpivot, el powerBI… qus si el SQL, y ahora el DAX…
Y como no, habilidades de las que llaman soft, pero que son muy difíciles de aprender y más aún de poner en práctica. Trabajar en equipo, hablar en público, gestionar personar, aprende a escuchar activamente, a dirigir reuniones, y todas aquellas que se te puedan imaginar.
Pero este aprendizaje no se obtiene únicamente en cursos y libros. Y que a día de hoy no puedes pensar que todo viene de cursos reglados de los que te ofrece la empresa, sino que tu mismo te tienes que mover. Aprender exige actitud de aprendizaje, y también estar atento a lo que sucede alrededor. Porque he aprendido mucho de las personas que me están acompañando en este viaje. He aprendido y mucho de mis jefes y compañeros, de los colegas que han estado sentados al lado y de aquellos con los que me he relacionado por medio mundo aunque sólo sea por correo electrónico. He aprendido de amigos que han trabajado en la misma empresa y de amigos de la infancia que viven sus realidades en otras empresas y sectores pero que te enseñan a ver el mundo desde otro prisma. He aprendido como hacer las cosas, pero también he aprendido como no hacerlas. Y he aprendido de mí mismo cuando he metido la pata, que en quince años seguro que no han sido pocas veces.
Y para aprender de las personas recuerda que no debes tener miedo a pedir ayuda cuando lo necesitas y a preguntar cuando algo no entiendas, porque nadie nace aprendido y pide feedback para poder seguir mejorando cada día.
La importancia del equipo.
En este tiempo he pasado por diversas áreas y muchos equipos y en todos ellos he tenido la suerte de vivir un gran ambiente. Y mira que hemos pasado malas épocas. He vivido reducciones de plantilla, congelaciones de presupuesto, e incluso la transformación de departamento estrella en estrellado. Pero uno debe aportar siempre su granito de arena al ambiente del equipo y entre otras cosas, evita los comportamientos tóxicos. Además, yo he tenido la suerte de contar con grandísimos compañeros que han trabajado muy bien y que no solo me han acompañado en mi vida laboral.
En estos quince años he vivido mi boda y el nacimiento de mi hijo, las bodas de compañeros y amigos; han nacido muchos niños pero también he tenido que decir adiós a compañeros muy cercanos. Y ves que alguien que vive a tu lado esas 8 horas al día es algo más que un compañero de trabajo. El primer equipo con el que trabajé sigue todavía en contacto y de vez en cuando hasta nos vamos de cena y del equipo de Portugal… que voy a decir, si seguimos en contacto casi permanente.
Me ha gustado una frase que he visto en el libro de @falcaide «Aprendiendo de los mejores». «Si quieres ir rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado». Y la verdad es que con compañía todo es más fácil, aunque te encuentres con alguno que ha intentado llenar el camino de baches y poner zancadillas, pero ya lo he dicho antes, que de eso también se aprende.
Es fácil alegrarse de los éxitos individuales; no es muy difícil alegrarse de los éxitos del equipo, pero además hay que aprender a alegrarse de los éxitos individuales de tus compañeros de equipo y saber reconocerlos. Aunque sepas que mañana hay una evaluación del desempeño, de esas que funcionan con una campana de Gauss, incluso en ese momento, ve siempre a tus compañeros como lo que son, compañeros y nunca los veas como rivales. Estáis remando en la misma dirección y en el mismo sentido.
Y aún más, alégrate de los éxitos de aquellas personas de las que has sido jefe. Su crecimiento es en parte gracias al trabajo que tu hiciste con él. No sólo festeja, promueve su éxito. Si las personas que trabajaron contigo han tenido éxito después, mucha gente con grandes capacidades va a querer trabajar contigo.
Resumiendo que es gerundio.
Hoy han pasado 15 años desde que cruzaba por primera vez la puerta de la entidad donde trabajo. Entonces no me imaginaba que tres lustros después seguría por aquí. Mis metas entonces eran más cortas, exactamente cada seis meses, de renovación en renovación. No digo que sea un éxito ni un logro, pero me lo he pasado muy bien por el camino (os puedo asegurar que también he sufrido y que no todo ha sido un camino de rosas) que al fin y al cabo es de lo que se trata. Por eso creo que estos son consejos pueden ser útiles para otras personas (y si no lo son, pues puedes cerrar la página del blog).
Sólo una cosa más, en todo el camino, avanza con humildad. Si puedes, intenta ser el puto amo de la humildad, que abrirás muchas puertas.
Nos seguimos leyendo. Quien sabe si tengo carrete para otros 15 años.
Ps: Un par de veces he podido dar una charla a unos alumnos del mismo Máster que cursé yo y les daba consejos para su primer empleo y les hablaba sobre la actitud para el mismo. Muchas de estas ideas ya se reflejaban allí. De hecho, este artículo ha tardado 3 años en ver la luz (fue mi primer intento de crear un blog y ni siquiera hoy estoy convencido de haber sabido transmitir lo que quiero…