Si soy sincero, se que hoy (o mejor dicho anteayer, que voy con retraso) tenía que estar escribiendo sobre nuestro «perfecto improductivo». Se supone que tocaba echarle una mano al colega, que es un desastre intentando ser un poco más productivo. Pero es que esta semana leí en mi feedly un artículo de Andres Perez Ortega, gran escritor de temas de Marca Personal, titulado «Te pagan por el valor, no por el esfuerzo» y he de reconocer que me ha hecho pensar mucho. En el artículo se indica que el esfuerzo es importante, pero que se paga por «algo más» y señala:
Si te pasas la vida estudiando, quizás tu familia te dará palmaditas en la espalda o te dirán que estás trabajando mucho y que además eres muy listo y estás muy preparado, pero si no eres capaz de hacer algo valioso con todo eso es como tener un ordenador de última generación para jugar al buscaminas.
Como he estado rumiando el tema, finalmente «ha acabado por salir» (vamos, que lo he sacado a colación) en algunas comidas del trabajo. Oye… y resulta que ha sido más que interesante. Tanto que al final he decidido que cambiaré el orden de los factores y la próxima semana ayudaré a nuestro improductivo favorito. Así que hoy voy a intentar contestar publicar las reflexiones sobre la pregunta de: «Y a mi… ¿Por qué me pagan?»
Vaya por delante que esto son opiniones personales que uno se forma a partir de lo que lee, lo que observa y lo que vive en su día a día laboral (esto en mayor porcentaje). En mi caso, creo que estoy en un puesto de «trabajadores del conocimiento», («somos knowmads» ha sido el lema este año), no fabrico un producto físico, no estoy en una cadena de montaje, no fabrico una pieza de software (si bien es muy asemejable en estos conceptos), sino que presto servicios (en mi caso creo información de gestión, apoyo para la toma de decisiones) y lo hago además de forma cuentajenada en una empresa privada. Quizás otros enfoques puedan aportar visiones distintas y seguro que enriquecedoras, como por ejemplo el mundo de los autónomos y emprendedores. Os comparto aquí algunos de mis pensamientos.
No te pagan por ir a trabajar… ni por estar allí.
¿Conoces a alguien que es capaz de estar ocho horas en el trabajo y no pegar un palo al agua? ¿Andar pajareando de un lado a otro y no producir? ¿Y que además consigue que le den las nueve de la noche en el trabajo y llevarse trabajo a casa (por otro lado normal, si no has hecho nada en todo el día)? Yo los conocí alguna vez. Quizás no tan extremos, cierto. Pero luego además saben hacerse los sufridos… porque se llevan el curro a casa.
Realmente, no deberían pagar por estar en el sitio de trabajo. Hay peña que en dos horas hace más curro que otros en diez. Y esto nos podría llevar al tema del teletrabajo, pero esa es otra movida. Pagar por calentar la silla es una mala práctica. Si estás allí hasta las nueve de la noche, pero estás mirando al facebook («Facetime» le llamaba un compañero mío), no deberías estar cobrando por ello. Cuando yo empecé a trabajar, hace 15 años, esto no pasaba (lo del Facebook) aunque ya en aquel entonces se alargaban las tardes con otras artes, pero posiblemente menos. Decididamente no te pagan por ir, o no te pagan sólo por ir.
No te pagan por hacer.
¿Conoces a personas que son capaces de generar cientos de presentaciones, estar en millones de reuniones, hacer informes, videoconferencias, etc y que sin embargo no aportan? No se puede decir que no trabajen, al contrario, tienen una capacidad de trabajo brutal. Sin embargo, hacer por hacer es totalmente inefectivo.
«No hay nada tan inútil como hacer con gran eficiencia algo que no debería haberse hecho en absoluto». Peter Drucker.
Y eso en este trabajo de knowmad, donde se define el trabajo mientras este nace es algo que puede suceder cuando no hay criterio. De hecho, hay gente que vive en este modelo, haciendo cosas que no aportan ningún valor, o que incluso a veces lo restan, alejándote del objetivo o poniéndote obstáculos en el camino. En este tipo trabajo no existe la unidad de producción y espero que no se le mida a nadie por la cantidad de slides de powerpoint que haga (aunque a veces parece que sí, ¿lo creéis?). Realmente no te pagan sólo por hacer.
Te pagan por aportar valor, por conseguir.
Te pagan por alcanzar tus objetivos y por crear valor. Lo cual es increíblemente complicado de medir. Mas aún cuando normalmente esas metas se crean conforme el trabajo aparece. E incluso no siempre es sencillo saber cuando se ha cubierto el objetivo, ni si se ha cubierto al 100%. Aunque… ¿será necesario? Recordemos que la excelencia es enemiga de lo bueno, amiga de parkinson y la chapuza tampoco es productiva.
Un ejemplo: Esta semana he estado dando una sesión en un Máster muy relacionada con mi trabajo actual. 45 minutos de ponencia. El producto es la ponencia. La dí. Ergo cumplí el objetivo… Pero mi objetivo en realidad no es dar la ponencia. Mi objetivo era conseguir que los alumnos encontraran la ponencia interesante, constructiva y les aportara, sin dormirse durante los 45 minutos. El indicador de éxito es que te llamen para seguir dando la ponencia en el próximo curso. Y previamente, el feedback de los alumnos y del profesor titular. Yo he cubierto mi objetivo 48 horas después de dar la ponencia. En principio, el producto a entregar era la charla,pero no es lo mismo soltar una charla decente, que una charla mediocre o mala. Vaya lío es encontrar el equilibrio.
Pero si como estoy diciendo, es tan difícil medir la consecución de los objetivos… ¿entonces como es que te pagan por conseguirlo? ¿Qué te pagan? ¿Es objetiva dicha medición?
Te pagan por ir, hacer y conseguir.
Al final, creo que te pagan por las tres cosas. Existe una parte de paga fija, que viene a cubrir los dos primeros «tramos»: «Ir» y «Hacer». Te pagan porque estés allá y pienses en como tienes que hacer las cosas. Te pagan por hacerlas. Por estar fabricando slides de powerpoint, por hacer que el proyecto avance, por hacer los cálculos necesarios, por seguir formándote para seguir trabajando mejor cada día. Si no cubres los objetivos te siguen pagando esa parte fija. Pero también hay una parte que es variable y que debería cubrir ese cumplimiento de Objetivos, ese llegar a la meta y aportar para cumplir con el propósito de la empresa. Pero… ¿que porcentaje debería ser ese variable? ¿Un 25%? ¿Un 50%? ¿Depende del nivel de responsabilidad? ¿Del nivel de participación? Otro gran tema para pensar y darle muchas vueltas. Y eso hablando de los cuentajenados. Porque cuando pienso en colegas que trabajan por cuenta propia, por proyecto…
¿Cuál es el modelo de pago? Me gustó mucho escuchar a una persona señalar que la parte fija que cobra es muy baja pero que el «premio» por conseguir el objetivo era brutal. Y enfrentaba dicho modelo a uno de coste fijo, más alto que la parte fija del anterior, pero más barato que el total. Y de hecho calculaba que por cada hora que facturaba le tocaba currar tres horas pero ese era el modelo que estaba instaurando en sus relaciones con los clientes.
Cómo ya decía, he estado dándole vueltas al tema. Y se las sigo dando. Llego a una conclusión, mi conclusión, que tampoco se si es muy acertada, por lo cual esta vez agradeceré aún más los comentarios y las ideas al respecto. Es un tema complicado (o a mí me lo parece) y ni siquiera se si (una vez releído tres veces el artículo) he conseguido expresarlo bien. Pero a lo mejor he conseguido que ahora te preguntes…. ¿Y a mí… por qué me pagan?
Nos leemos.
Foto de Pictures of Money. EN flickr. Money