Bueno, pues ya se acabaron las vacaciones de Navidad y ya hemos vuelto al trabajo. Supongo que va por sectores, empresas y las situaciones familiares de cada uno de nosotros, pero en el caso de mi empresa, muchas personas estamos fuera del trabajo estas dos semanas o una gran parte de ellas, por lo que la vuelta es bastante dura; aunque a su vez, todo el mundo reconoce haber desconectado lo suficiente.  Este año me propuse que mi vuelta «a la normalidad» fuera lo más productiva y positiva posible. Y para conseguirlo me he apoyado en tres palancas principalmente: la actitud, el día antes y los hábitos. Acompáñame para ver si tu sigues alguno de estos comportamientos o si puede ser positivo que los incorpores en el futuro.

La importancia de la actitud en la vuelta al trabajo.

He estado dos semanas de vacaciones. He desconectado, he hecho algo de ejercicio, he estado con la familia, me he cruzado la Península de Sur a Norte, me he tomado unas cañas en Sevilla en una terraza en mangas de camisa y me he congelado esperando a Sus Majestades los Reyes Magos en mi querida Pamplona, he leído y he escrito, he jugado al ajedrez y me vuelvo al tajo con unos kilos de más por las abundantes comilonas y cenorras. Han sido unas vacaciones muy interesantes y realmente divertidas. Pero ya está, se acabaron y toca volver al tajo. Y me niego a volver pensando únicamente cuando llega el próximo puente, o si este año la Semana Santa cae antes o después.

Muchos estudiantes esperan al «finde» porque quieren irse de borrachera. No es una buena actitud. Menos si lo único que te mueve en este mundo son los pedales que se agarran el fin de semana. Pues en el segmento de los trabajadores vivir esperando «el próximo finde» o «el próximo puente» es igual de triste. Si lo que tienes que hacer de lunes a viernes «es un infierno» haz algo por intentar cambiarlo. Además, esa actitud es demasiado contagiosa y negativa para el resto de compañeros.
Cierto que volver al trabajo tiene sus cosillas malas, pero también tiene sus cosas positivas, y en esas has de apalancarte para tu vuelta. Las comidas con los compañeros y los ratos de café, sí, pero también los logros individuales y en equipo o la resolución de situaciones complejas o los nuevos proyectos… Todas esas cosillas refuerzan esa actitud que ha de mantenerse a pesar de que a la vez que tu vuelvan esos compañeros cenizos. Y de momento, esta actitud positiva se mantiene en la mayoría de mis compañeros.

Aprovechando el día antes para volver al 100%.

No es la primera vez en la que señalo la importancia del día anterior para ser más productivo. Pero es que tras un periodo de casi 15 días fuera de la oficina, dedicar un rato el día anterior a preparar la primera semana de trabajo es una gran ayuda… o al menos para mí. 
Durante las vacaciones he desconectado al 98%. Ese 2% (por decir una cantidad) lo he dedicado a borrar correos electrónicos con el móvil una vez cada dos días (más o menos). No he respondido a ninguno de los correos que me han llegado, de hecho mi aviso de «fuera de la oficina» estaba encendido. Y únicamente borraba esos correos que simplemente, por el remitente ya sabes que no tienen ningún valor. Y esa ha sido toda mi actividad laboral hasta el pasado domingo.
El domingo madrugué. Retomé mi lista de proyectos y realicé un repaso exhaustivo de cada uno de ellos. Recordar en que punto se encontraban o cuales eran las próximas tareas a realizar en cada uno de ellos. ¿Algún nuevo proyecto a la vista? ¿Estaba a la espera de recibir alguna información? ¿Tenía que escribir a alguien? La verdad es que hasta que se levantó Pablete y nos hicimos el desayuno avancé bastante en mis proyectos. El principal motivo para madrugar es no quitarme horas de jugar con mi hijo, que estaba disfrutando de sus juguetes nuevos y nos fuimos a tomar jugar un rato al fútbol y a tomar el vermú.
Por la tarde saqué un rato para revisar los correos entrantes, los que aún se mantenían tras el borrado periódico del periodo vacacional. Había un par de peticiones de información relevantes que fueron procesadas y que durante la semana he llevado a cabo; e incluso dejé un mail preparado para enviar, pero sin salir de la bandeja, puesto que era el último día de vacaciones de mis compañeros.
Este trabajo no sólo me ha sido rentable el lunes, sino toda la semana y este jueves sigo sacando réditos a esta preparación previa y a los hábitos que he recuperado y que estoy incorporando. Pero viendo que este texto se me está yendo en extensión, y que ya tengo ganas de publicar algo nuevo, creo que lo dejaré aquí por hoy.
¿Y vosotros? ¿Como preparáis vuestra vuelta al tajo?