En el artículo anterior comenzamos a desglosar los primeros conceptos de la presentación que realicé a los alumnos del Máster en Banca y Mercados Financieros de la Universidad de Cantabria y la Fundación UCEIF. Y en dicho desglose nos enfrentamos a conceptos como los de: Actitud (ayer el Barça remontó más por el espíritu – la actitud – que por el buen juego – los conocimientos); Haztitud; Diferenciación; Ser Líquido en entornos VUCA y la Resiliencia. En el artículo de hoy vamos a intentar acabar con los últimos 6 conceptos de la misma presentación que para mayor facilidad os vuelvo a dejar accesible en este mismo blog (si bien podéis acceder a otras versiones de este documento presentadas los años anteriores en Slideshare).
Evitar los comportamientos tóxicos.
Sucede muchas veces, que entre los compañeros de trabajo se esconde un ejemplar con unos comportamientos poco deseables y nada ejemplarizantes. Es ese colega que parece el enanito gruñón, el que siempre está de mal humor, el que nunca contesta «bien» a la pregunta «¿Como estás?»; ni siquiera el día que vuelve de vacaciones, ni siquiera el día que se va de vacaciones. Ese compañero que genera mal ambiente en el trabajo. El que se queja cuando le mandan algo pero también cuando se lo mandan al de al lado. Estos comportamientos tóxicos hay que intentar tenerlos lejos y por supuesto, no ponerlos en práctica. Tienen una habilidad bastante grande para contagiarse y pueden estar muy incrustados en un departamento si no se actúa pronto contra ellos. Si eres nuevo en el mundo laboral… cuidadín. Personas así pueden no ser buenos consejeros.
Aprender continuamente.
Yo lo he defendido aquí muchas veces. Aprender no es una acción, es casi una actitud. Hay gente que está dispuesta a aprenderlo todo; a ser una auténtica esponja de conocimientos. Y hay peña en la que no permea absolutamente nada nuevo. Hoy un amigo me comentaba, ante un posible cambio de trabajo, que si bien el puesto no le seduce al cien por cien, la posibilidad de aprender algo totalmente nuevo le hace ver el tema desde otra perspectiva.
Además, hay que tener en cuenta que hoy en día el aprendizaje no se resume en los cursos formales, de aula, profesor, presencialismo, tocho teórico y práctico. Hoy en día, gracias a Internet, el conocimiento de calidad está de forma gratuita en la red, disponible 24 horas los 365 días del año adaptado perfectamente a tus necesidades individuales.
Formarse no es una opción, es casi una obligación; pero es todavía una virtud explotada por muy pocos.
La práctica y la suerte.
Este tema lo tratamos en el blog hace muy poquito (y además con una buena acogida entre los lectores). Resulta que las personas que nos rodean, todas y más aún, aquellas alas que les va bien en la vida, han tenido «una suerte que te cagas». Y a nosotros… joder «es como si nos hubiera mirado un tuerto«. Pero resulta que la suerte se trabaja; y cuando esa oportunidad que estabas esperando llegue, tú ya tienes que estar preparado para poder aprovecharla. O lo que es lo mismo, has tenido que trabajar muy duro anteriormente para estar listo en ese momento. A la gente que trabaja, la suerte le sonríe más a menudo. Lo decía Michael Jordan (lo siento Antonio, es que Jordan lo decía, aunque Lary Bird o Drazen Petrovic fueran otros grandes exponentes), «Cuanto más trabajo, más suerte tengo».
La perseverancia y la pasión.
Me voy a tomar la licencia de unir ambos conceptos en una única explicación porque hace bien poco he conocido una palabreja nueva que me ha gustado. La perseverancia y la pasión forman EL GRIT. Y aunque el concepto es de Angela Duckworth, yo lo he leído en el blog de @AmalioRey y el lo resume como «la pasión y la perseverancia ante las metas de largo plazo»; y lo explica como «la fortaleza para luchar por una misma cosa durante mucho tiempo». Si tienes mayor grit, estarás más cerca del éxito (sea lo que sea que éxito signifique para tí).
Y aprovecho para comentar que es cierto, como señalaba Confucio (si, el que inventó la confusión) que si buscas un trabajo que te guste no tendrás que trabajar ningún día de tu vida. Pero también es cierto que debes luchar por encontrar en tu trabajo aquello que puede apasionarte más y es que no es obligatorio tener una pasión, ni mucho menos es obligatorio trabajar en lo que te apasiona (ni muchas veces posible, al menos en el corto plazo).
La orientación a las personas.
Finalmente hablo de un componente en el mundo empresarial que en estos momentos resulta primordial desde muchos (y no todos positivos) puntos de vista. Debemos estar orientados hacia las personas, por supuesto y sin duda alguna hacia nuestros clientes (entender lo que necesitan, empatizar, hablar su mismo lenguaje); pero también con nuestros compañeros; nuestros superiores, incluso los proveedores y por supuesto nuestras familias y amigos. No vamos a revelar en este momento la importancia del networking, pero no viéndolo como la relación falsa basada únicamente en un potencial interés futuro (sólo una vez ha salido mi nombre en unos nombramientos y aquel día recuperé cientos de amistades que ya ni siquiera me hablaban), sino como una relación sincera de ganancia mutua desde el primer minuto.
El equilibrio.
Estos consejos, y algún otro, como la relación con el cambio (no te cierres al cambio y promuévelo cuando sea posible); la necesaria humildad en el puesto de trabajo… no te aseguran al 100% ese impulso en tu carrera profesional; pero sin duda alguna son facilitadores del mismo. Digamos que forman parte de la preparación para ese momento en que la suerte es necesaria. Pero es que además… pueden llegar a resultar contradictorios en muchas ocasiones; o demasiado extremos en otras, por lo que encima es obligatorio saber aplicarlos con el equilibrio justo. No es fácil y siempre seguirá siendo necesaria esa pequeña cantidad de suerte (existen factores exógenos verdaderamente incontrolables) que todos los campeones necesitan en la vida.
¿Y vosotros? ¿Consideráis útiles estos consejos? Sin duda no están todos los que son, pero… ¿son todos los que están? Nos seguimos leyendo.